Quédate un rato más
solo hasta que el sol
bese con dulzura
el azul del horizonte
y el ruiseñor entone
un canto nuevo
Quédate
y hazle compañía
a esta soledad prestada
que no se muda
que no se aflige
Quédate junto este cuerpo frío
dale tu calor y vida
tócalo como a una sinfonía
regálale una fantasía
Pero si no se puede
déjame tus labios
devuelve los gemidos robados
y pasemos a la siguiente escena
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