Sereno.
De espaldas al regimiento que tras la danza de la Clara Luz de la Luna iría a enfrentar a las hordas representantes de la superioridad de los humanos, acariciando una inmensa y de verde intenso hoja, escuchaba la canción que entonaban dos jóvenes árboles en medio de los acordes del viento. . .
“Dime si me vas a querer
soy hombre de poco hablar, Consuelo
no tengo na que ofrecer
un conuco, un gallo y un lucero
Y la luz de la mañana
que entra por mi ventana, cielo
y los ríos y la montaña
y el viento que peina tu pelo
yo quisiera ofrecerte el mundo y no puedo
Ná me tienes que ofrecer
tu mirada es lo único que quiero
dormiremos cuando el día
se acueste encima del potrero
Y los grillos harán su canto
entre hierba y pasto soñaremos
y de tanto amor tu cuerpo
hará de mi vientre lo que espero
un retrato de tu cariño, te quiero”1
Un joven arquero, al verlo inmóvil por tantas horas, y preocupado por ver las luces del alba sin que el capitán haya dormido nada, se le acerco y le pregunto:
- Le pasa algo señor?
- Repiten las canciones que se susurran los enamorados, cuando las jóvenes bajan a recoger agua al río, confiados en que el viento las pondrá en los oídos de sus otras partes. – Datrebil al saber que Aicneconi, no entendería, pero si comprendería fue pronto al agregar – escuchaba la razón por la que debemos ir a luchar…
- No entiendo señor – y al ver que su capitán caminaba hacia el con lagrimas en los ojos agrego tímidamente – y por que llora?
- Por que soy feliz.- no hubo que agregar más, sabia que el valiente guerrero había comprendido, pero no imaginaba que se había iluminado.
Alguien .
1) Cancion Amor de conuco de Juan Luis Guerra
4 Comments:
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Yo creo que esto se me hace conocido
Hermoso!!!!
Pasé a saludar y he disfrutado de tus escritos.
Saludos afectuosos!
Yeli