Era Miércoles ...
Su moto comenzó a hacer ruidos --eran como disparos de ametralladora--; minutos más tarde, y a pesar de su gran intento por apagarla, se incendió por completo. Ya se habían alejado unas 10 millas de su casa. El lugar era muy apartado. Miró hacia todos lados; y hasta esperó un tantito por alguna ayuda. Pero no había otra opción más que caminar de regreso. Ya recorrido la mitad del trayecto, se dió cuentas de que había dejado su mariconera en el lugar donde comenzo el incendio. Sin pensarlo se regresa --en ese pequeño bulto de mano traía siempre su arma de fuego reglamentaria-- Ya habían pasado 2 horas desdes que salió de su casa con destino al destacamento. Sorprendente fue cuando abrió la mariconera y se dio cuentas de que no había una pistola dentro. Aferrado a la posibilidad de haberla dejado en la casa, Efraín se dispone --nuevamente-- a caminar hacia donde había comenzado su trayecto de ese día. Una vez abrió la puerta de su casa, un señor de baja estatura y ojos muy brotados lo apunta directmente a la cabeza(hasta ese momento, Efraín no había entendido claramente el concepto de lo frío. Ese cañón, cuya temperatura estaba a punto de elevarse con el paso de una cápsula matadora, era lo más helado que El experimentó nunca. Y sus sobacos parecian mudados de lugar --toda su transpiracion se notaba como una gran mancha en la parte de atras de su pantalón grís--). Le suplicó al ladrón que bajara esa arma de fuego; al tiempo que le preguntaba qué donde la encontró?. Este, muy nervioso, tiró del gatillo haciendo martillar la pistola. No hubo disparo alguno, pero si un silencio de muerte. Los dos hombres se quedaron muertos por un instante. La pistola con la cual el ladrón estaba apuntando, era una de mentiras. Pues el sargento Efrain, la tarde anterior y en un acto de confusion, habia tomado una pistola de juguete en lugar de su real arma reglamentaria. En el departamento de Robos de la policía incautaron 5 pistolas falsas, hacía una semana. A Efraín le tocaba estudiar estos objetos incautados. Después de varios segundos sin respirar, ambos hombres se miraron directamente a los ojos; y se sonrieron.
...Cosas como estas, solía soñar Efraín todos los miércoles en su siesta de media hora --Sólo los miércoles-- Y es que sólo ese día de la semana, Doña Petra le ponía ración y media de comida en su cantina; porque era "el especial de los miércoles" ...Efraín aseguraba que tanta comida le ocasionaba tales pesadillas ...Pero ese miércoles NO hubo sueños, no hubo siesta. La cantina llegó; pero Efraín Ya no estaba para comerla vuelto un león, tal como solia hacerlo. --había estado jugando entre pistolas de juguete. Y en eso, agarró la suya(por equivocación) y con un disparo jamás soñado, sus cerebro soñador se hizo pedazos contra la pared del lado. --No era más que otro sueño de los acostumbrados en miércoles--
Efraín siguió soñando pesadillas similares, hasta para cuando murió de cáncer en el ESTOMAGO; a la edad de 58 años, y con el mismo rango de SARGENTO............(fin)
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PD: Gracias a mi amigo Aylan(Alguien) por tan grata invitacion al Los Jardines del Castillo, donde la MISION es para MISIONEROS. Aquí dejo esta entrega --es un humilde intento--. Es un cuento irreal, pero MUY REAL...Gracias por atreverte a leer hasta aquí!!!
8 Comments:
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Entiendo ahora a aquel Sargento pues todos los dias pesadillas tengo, hasta un dia donde nuestro mas terrible miedo ocurre y nos arrebata para siempre el sueno.
Muy bonito relato y tambien muy verdadero.
Gracias por compartirlo!!
saludos
q ue habia soñado...Con leer los tuyos volvi a sentir eso, GraCIAS!
saludos
Bendiciones!!
no se, parece que estoy procesando demasiado.
sera las vitaminas que tomo, jejejje
bye
=)