Jardínes del Castillo

Un beso de rodillas atrevidas, de labios húmedos, voluptuosos, mano impúdica, dedos temblorosos, figuras lentamente desvestidas. Beso requeridor de varias vidas para agotar sus fondos amorosos, desdeñador de afectos nebulosos más huérfanos de espuelas que de bridas. Beso que he fabricado en muchos años en modos, longitudes y tamaños que nadie fue capaz de merecer.

Traigo este beso para ti, absorbente, encrespado, expansivo, irreverente, porque sé que le vas a responder.

Como estrella de mar con luz propia, Como viento que rompe la arena, Como mar que cela la tierra, te volviste El sueño de mis rarezas, como nota Musical que me eleva me inspiro a decirte Amor discorde odio amarte, rara confusión de la Naturaleza, caos sin forma, materia grave Que a la vez ligera fuerte y débil, humo y plomo Fuego helado, enfermedad que fallece, sueño que vela.

Esencia incógnita, sabes algo, el amor es fuego aventado Por el aura de un suspiro, fuego que arde y centellea en los Ojos del amante, que más podría decirte diré que es locura Sabia miel que emponzoña, dulzura embriagadora, tu me Haz transformado en una persona distinta, herí y fui herido Por los lechos del amor, deja que nuestros corazones.

Habrán sus alas y alcen vuelo sobre esta tierra fértil Que nos vio nacer y se que algún día te tendré en mis brazos, Tu pecho sobre el mió y entonces solo entonces, podré palpar Ese brillo que irradia tu rostro, que es tan fuerte que afrenta al Del sol y veré la tierra enfadada, por que sabe que no merece Tan soberano prodigio…………